
La Corte Penal Internacional (CPI) tomó el miércoles una decisión sin precedentes al emitir una orden de detención contra el presidente de Sudán, Omar el Bechir, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en la región sudanesa de Darfur.
“Hoy, la cámara preliminar 1 (…) ha emitido una orden de detención contra el presidente de Sudán, Omar el Bechir, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad“, declaró la portavoz de la CPI, Laurence Blairon, durante una rueda de prensa en la sede del tribunal en La Haya.
Se trata de la primera orden de detención de la CPI contra un jefe de Estado desde que empezó a funcionar en 2002.
Omar el Bechir, de 65 años, está acusado de crímenes cometidos en Darfur, provincia del oeste de Sudán desgarrada desde 2003 por una guerra civil que causó 300.000 muertos y 2,7 millones de desplazados, según cifras de la ONU.
Jartúm habla de 10.000 muertos.
La CPI no retuvo en cambio el cargo de genocidio contra Bechir, como había solicitado el fiscal de esa instancia judicial internacional, el argentino Luis Moreno Ocampo, el primer fiscal “a escala planetaria”.
Poco antes de conocerse públicamente la decisión de la CPI, la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció que el gobierno de Sudán le pidió que retirase a su personal extranjero de Darfur porque no podía garantizar su seguridad.
El portavoz del ejército sudanés, Osman al Aghbash, citado por Radio Omdurman (oficial) dijo que el ejército sudanés reaccionaría “con firmeza contra cualquiera que colabore con la Corte Penal Internacional”.
La CPI depende de la voluntad de los Estados para que se cumplan sus órdenes de detención.
Bechir había advertido el martes que la decisión de la CPI no tendría “ningún valor”. “No valdrá ni siquiera la tinta con la que haya sido escrita”, afirmó Bechir ante varios miles de sudaneses que lo aclamaron y pisotearon fotos de Moreno Ocampo.
La CPI anunció que transmitirá “inmediatamente” la demanda a Sudán, a los Estados integrantes de la Corte y a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para que cooperen en la detención y traslado de El Bechir a La Haya.
“La responsabilidad de detenerlo y transferirlo corresponde a los Estados”, dijo la secretaria judicial de la CPI, Silvana Arbia.
Tras el anuncio, unas mil personas se congregaron en Jartum para manifestar su apoyo al presidente. Un responsable de la Fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU y la Unión Africana (MINUAD) en Darfur habló de “tensión” para describir el ambiente que se vivía en Darfur.
La CPI es el único tribunal permanente competente para juzgar crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio. Desde 2005 investiga la situación en la provincia sudanesa de Darfur, tras una resolución en ese sentido del Consejo de Seguridad de la ONU.
En su demanda ante la CPI, el fiscal consideró que el presidente de Sudán es penalmente responsable del genocidio de las etnias four, masalit y zaghawa.
“De forma específica e intencionada, Bechir tomó por blanco a civiles que no estaban involucrados en ningún conflicto, con la intención de destruirlos como grupo“, afirmaba entonces Moreno Ocampo.
El magistrado acusó también al presidente sudanés de ser el reponsable de asesinatos, exterminio, traslado forzado de la población, tortura, violación, crímenes contra la humanidad, saqueos y ataques, además de crímenes de guerra desde marzo de 2003.
El martes, Ocampo afirmó que cuenta con “importantes pruebas” contra Bechir, en particular “treinta testigos diferentes que dirán cómo dirigió y controló todo”.
Unos 35.000 civiles murieron durante ataques contra sus pueblos perpetrados por el ejército sudanés, apoyado por milicias pro-gubernamentales janjawid.
Unas 100.000 personas “murieron lentamente” en campos de refugiados, de hambre y enfermedad, según Moreno Ocampo.
Las reacciones no se hicieron esperar y Moscú habló de un “precedente peligroso”; la Unión Africana también considero que la orden podría amenazar a los esfuerzos de estabilidad. En cambio, los rebeldes de Darfur hablaron de un “gran día”.
La CPI ya emitió órdenes de detención contra el ministro sudanés de Asuntos Humanitarios, Ahmed Harun, y el jefe de la milicia janjawid, Alí Kosheib en mayo de 2007. Pero Bechir siempre se negó a extraditarlos.
Agence France-Presse
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