El aborto, homicidio premeditado

Me sorprendió escuchar hace unos días a una periodista que presentaba un telediario que estaba asombrada por lo que estaba ocurriendo con lasclínicas en las que se practican abortos clandestinos a mujeres en avanzado estado de embarazo. Parece que la sociedad, por fin, abre los ojos a un fenómeno muy común de nuestros tiempos. A diario son asesinados miles de niños sin contemplación ninguna. Lo métodos utilizados estremecen hasta a los más insensible; inyecciones de medicamentos en el corazón del feto, decapitaciones, en fin, es mejor no seguir para no herir la susceptibilidad del lector.

La reforma del código penal español en 1985 puso en manos de los médicos (unos responsables, otros no tanto) la práctica del aborto en los casos contemplados en la ley, pero nadie garantiza que los encargados de dicha práctica la realicen solo en los casos en los que el aborto es ”legal“. La injusticia de la norma ha quedado finalmente puesta a la luz pública. Ningún ser humano tiene el ”derecho“ de matar a otro solo por que la ley lo permita.

. Una vez más el tiempo le da la razón. El derecho a la vida de cualquier ser humano es inalienable, ninguna ley puede sentenciar a muerte a un ser humano solo porque su caso este ”despenalizado“. Este término tan comúnmente utilizado indica que al hecho criminal de privar de la vida a un ser humano indefenso no tiene castigo penal en los casos contemplados en el Código. Resulta irónico pensar que esta sociedad que se autodenomina ”civilizada“ se capaz de hacer estas dicotomías mentales.

Lo que ocurre en muchas clínicas en las que se realizan estos abortos no son más que homicidios premeditados, en los que las víctimas, como siempre son los más débiles. Ojala que la publicidad que se le ha dado a lo ocurrido en las clínicas de Barcelona llame la atención de los legisladores para que volviendo a la Ley natural que protege la vida humana en cualquiera de sus fases, proyecten leyes que defiendan el derecho a la vida y que eviten que pasen los horrores que nuestros antepasados ya cometieron y que causan rechazo y repugnancia.

(Orlando Díaz Márquez – CAMINAYVEN.COM)