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8/10/11

YOM KIPUR



Iom Kipur es el día más sagrado de la religión judía. La época de los días de penitencia, que comenzaron en Rosh Hashana y continúan en los diez días de penitencia, llegan a su día culmine en Iom Kipur. Es un día de perdón y expiación de los pecados entre el ser humano y D's y entre el ser humano y el prójimo. En Rosh Hashana los seres humanos son juzgados por sus actos, pero el veredicto del juicio es fijado en Iom Kipur.

En este día debemos abstenernos de nuestro necesidades básicas: 1. Comer y beber, 2. Lavado, 3. Friccionarse el cuerpo en aceite, 4. Calzarse zapatos de cuero, 5. Relaciones conyugales, como está escrito: "y en el ayunareis" (Leví tico 17:31). El hombre está obligado a desligarse totalmente de su vida cotidiana y consagrar todas sus fuerzas para purificarse en este día, para expiar los pecados del año trascurrido y retornar a D's.

La finalidad no es la tortura por si misma, sino para elevarse: en el Sefer Hajinuj (precepto 413) explica: "La raíz de este precepto es para que seamos seguidores del Santo Bendito Sea, para fijar al ser humano un día en el año para expiar los pecados mediante la penitencia, es por eso que fuimos ordenados a ayunar. Pues el comer y el beber y demás placeres corporales nos incitan a continuar en la persecución de lo material y evitan que el alma procure la verdad y no es digno presentarse a juicio delante del Santo Bendito Sea comido y bebido... Es por eso que el hombre debe en este día fortificar la fuerza de su alma para que ella sea digna de recibir la expiación de D's".

En la época del primer y segundo Bet Hamikdash en el día de Iom Kipur se realizaba el acto más solemne - "Seder Haaboda" (las tareas de Iom Kipur). El sumo sacerdote entraba al Santo Santorum y elevaba inciensos y rezaba por él y el pueblo de Israel, realizaba todo tipo de trabajos sagrados que están descriptos en el "seder havoda", que se recita en la oración de Musaf de Iom Kipur.

El retorno está relacionado con la idea del libre albedrío. Esta idea aparece en el comienzo de la humanidad. Cuando D's no recibe la ofrenda de Kain está escrito: "Y entonces le preguntó el Eterno ciertamente si obrares bien serás acepto, pero si no obrares bien el pecado se agazapará a la puerta y te tentará , más tu puedes dominarlo" (Génesis 4: 6-7). "De que os di para escoger entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición y los exhorté a escoger la vida, para ti y tu simiente" (Deuteronomio 30:19).
Maimónides describe este tema en las Hiljot Teshuba 5:3: "El creador no obliga al ser humano y no decreta a él a hacer el bien o el mal, sino que todo está en sus manos". La fuerza del libre albedrío que el hombre adquirió le permite abrir una nueva página en su vida y corregir sus caminos, y así ve la tradición judía el principal proceso de la Teshuva".

La esencia de esta oración es transmitir un mensaje que aún si el hombre hiciera o pronunciara una idea o un comentario que no van de acuerdo con la forma de vida del judío creyente, se deberá entender que sus comentarios son de la boca para afuera, y en el interior de su corazón siempre seguirá apegado a D's y a su Torá .
Hay quienes sugieren que la oración de Kol Nidrei fue compuesta por los judíos marranos de España que se congregaban en sótanos en Iom Kipur y declararon que toda la forma de vida cristiana es solo una expresión verbal y en sus corazones cuidaban fidelidad al judaísmo.

1) Kaparot - En la víspera de Iom Kipur, también llamado el "día sagrado" se acostumbra a realizar kaparot: se toma un gallo (para los hombres) y una gallina (para las mujeres). Si no se encontraran gallinas se pueden tomar distintos tipos de animales, como ser peces. Algunos utilizan dinero. Se revolea el gallo, la gallina, o el pez o dinero y se recita: "esta gallina esta en mi lugar, me reemplaza y es mi perdón, esta gallina irá a la muerte y yo entraré en una vida larga y apacible". Si la kapara se realizara con dinero se debe recitar: "este dinero irá para caridad y etc".
2) "Seudat mafseket" - La última comida antes del ayuno se debe concluir media hora antes de la puesta del sol. Nuestros sabios fijaron que se debe aumentar el banquete del noveno día (el día anterior a Iom Kipur) del mes de Tishrei. Los sabios dijeron que: "todo aquel que come y bebe en vísperas de Iom Kipur, es como si hubiera ayunado el noveno y el décimo día" (como si hubiera ayunado los dos días).
3) En Iom Kipur se acostumbra a vestir ropa blanca (llamada Kitel). El color blanco es un símbolo de pureza, como está escrito aunque vuestros pecados sean como la grana, tornarse tan blancos como la nieve" (Isaías 1:18).
4) Las oraciones principales de Iom Kipur son las confesiones que pronunciamos en cada uno de los rezos del día, y en total nos confesamos diez veces. Recordamos nuestros pecados en forma alfabética: Hemos pecado, traicionamos, robamos y etc. y luego las explicamos en la oración de "al jet". Por ejemplo: "por el pecado que hemos cometido al despreciar a nuestros padres y maestros... por el pecado que hemos cometido por hablar cosas absurdas... por el pecado que hemos cometido por calumnias... por el pecado que hemos cometido por odio gratuito". La confesión sirve para completar el arrepentimiento, pues cuando el hombre confiesa sus pecados, se compromete a no volver a cometerlos nuevamente.
5) En Iom Kipur se recita la oración de "Izcor", por cada uno de las almas de los seres queridos. Aquellos que poseen sus padres vivos, no participan de esta oración. Luego de recitar esta oración se recita "Izcor" por las almas caídas en el Holocausto y por las almas de los caídos en las luchas de Israel.
Maftir Iona: En la oración de Minja se lee la Torá , en el libro de Levítico capítulo 18. Luego de la lectura de la Torá , se lee la haftará del libro de Iona, que relata la profecía de Iona que previno a los ciudadanos de Ninive de la destrucción que les depara, ellos se arrepintieron de sus actos y el decreto fue anulado.
IONÁ   
por el Rabino  Daniel Oppenheimer
Se acerca Iom Kipur y, como todos los años, leeremos una de las historias más llamativas del Tana”j:  la odisea del profeta Ioná ben Amitái. Dado que los Sabios eligieron esta lectura como la más apropiada para uno de los momentos más delicados del año, debemos intentar entender el significado que nos quiere transmitir.  Comencemos, entonces, relatando la historia y luego la podremos analizar.
Ioná era uno de los más célebres profetas de Israel.  Vivía en la época de Ieravam ben Ioash, rey de Israel (en aquellos tiempos, el pueblo judío estaba dividido en dos reinos:  Israel y Iehudá), durante la era del 1er Bet HaMikdash.  Ioná era alumno de Elishá, discípulo del profeta Eliahu (Elías) y había sido el encomendado de ungir a Iehú, abuelo de Ieravam para reemplazar a la contumaz dinastía de Omrí.  Corría alrededor del año 3105 (645 antes de la era común).  Los Sabios identifican, además, a Ioná con el niño resucitado por el profeta Eliahu (Melajim 1 cap.17), lo cual acredita su nombre “ben Amitái”, pues se ratificó (Emet) en este hecho la autenticidad de la profecía de Eliahu..
Ioná recibió una orden Di-vina:  ir a Ninevé, la capital del imperio asirio y advertirle a su población acerca de su inminente destrucción, como consecuencia de su nefasta conducta (robaban, calumniaban a la gente, blasfemaban a D”s...)
Ioná no quiso ir.  ¿Por qué?  Los resultados de esta misión eran previsibles:  si la gente de Ninevé se arrepentiría y corregiría su comportamiento, esto se convertiría en una obvia recriminación en contra del pueblo judío, quien seguía firme en su obstinada manera de pecar.  Dado que Ioná no quería participar de esta evidente imputación en contra de los hermanos judíos a quienes amaba profundamente, decidió fugarse. (Obviamente, la exigencia Di-vina hacia los judíos es inmensamente superior que los requerimientos demandados a los asirios.  Sin embargo, la analogía podía darse, dejando mal parados a los judíos).  En las palabras de los Sabios:  “Ioná demandó el honor del hijo - Israel, por encima del honor correspondiente al Padre -D”s (Mejilta 28).
Ioná emuló de este modo la actitud de Moshé Rabeinu quien, a su vez, ofreció ser borrado del texto de la Torá antes que permitir que el pueblo de Israel fuese destruido por el pecado del becerro de oro.
Había una razón adicional a su intento por desoír el pedido de D”s.  Previamente Ioná había sido enviado a Ierushalaim (capital del reino sureño de Iehudá) para llevar un mensaje similar de advertencia.  El mensaje había sido escuchado y obedecido.  Ierushalaim se salvó (Pirke d’Rabi Eliezer). Sin embargo, en aquella oportunidad los necios habían acusado a Ioná de ser un profeta falso (alarmista, fanático, exagerado, ortodoxo, etc.), “demostrando” su tesis de fantasía con los hechos que no se habían consumado de acuerdo al vaticinio de Ioná.  (La verdad es que si una profecía de amonestación no se cumple en la práctica, esto no establece la falacia del profeta, pues podía ser que la reparación moral de la gente tornó innecesario el castigo).  Ioná quería evitar una nueva acusación de tal índole, pues sentía que sería un agravio hacia D”s, (cuando la gente cree que apercibe y no cumple).  Ioná, como Moshé, no quería convertirse en un instrumento que derivara en un Jilul HaShem (profanación del Nombre de D”s).
Pero... ¿acaso es posible escaparse de D”s?  Evidentemente no. 
Ioná quería eludir la profecía.  Sabiendo que el nivel espiritual fuera de Israel es inferior al de la tierra de Israel, Ioná razonó que saliendo de Eretz Israel, D”s no le hablaría más y quedaría exento de cumplir con esta controvertida misión.  Se dirigió hasta el puerto de Iafo y pagó por una embarcación que lo alejara de su tierra, de sus hermanos y de la propia profecía.  Esta acción no fue la acertada a pesar de las nobles intenciones de Ioná, quien incurrió así en la prohibición de retener la profecía (Talmud Sanhedrín 89.)
Mientras navegaba hacia Tarshish, se levantó una tormenta que azotaba precisamente el sitio por donde pasaba la embarcación, haciendo peligrar al barco y a su gente.  Mientras Ioná se acostó a dormir, la tripulación comenzó a invocar a sus dioses sin resultado.  Al notar que la  tempestad no era habitual, hicieron una lotería para determinar quien era el responsable.  El sorteo cayó sobre Ioná.  Éste dio a conocer su identidad hebrea, su creencia en D”s “del Cielo y de la Tierra” y el motivo de su culpa.  Los marineros se asustaron y le pidieron  que les dijera qué deberían hacer para salvarse del temporal.  Ioná les respondió que el mar se calmaría únicamente si lo arrojaban al mar.  Los tripulantes quisieron evitar llegar a esto e intentaron infructuosamente acercar el navío hacia la orilla (sentían que estaban frente a una persona sagrada).  Sin embargo, al ver que sus esfuerzos eran en vano, rogaron a D”s que no los culpara por lo que estaban por hacer.  Tomaron a Ioná y lo echaron al agua, tras lo cual el mar se calmó.  Maravillados, los marineros se convirtieron al judaísmo y prometieron hacer lo mismo con sus familias (Pirke d’Rabi Eliezer 10).
Un pez designado por D”s tragó íntegro a Ioná quien permaneció en la panza del pez durante tres días.  Ioná no estaba muy cómodo dentro del pez y compuso allí un himno a D”s en el cual se arrepintió de su acción.  El pez despidió a Ioná en la orilla y Ioná volvió  a recibir la temida orden: “Ve a Ninevé y adviertele”.
Ioná fue.  Ninevé era una gran metrópoli que requería tres días para caminarla de punta a punta.  Ioná anunció a todos que la destrucción era inminente (las palabras textuales son: “y Ninevé ‘nehefejet` = se transformará”, la misma palabra utilizada respecto a la destrucción anterior de Sodoma, pero que en este caso alude a lo que realmente sucedió finalmente, pues los habitantes de Ninevé modificaron su actitud).  La gente escuchó a Ioná y se estremeció.  Avisaron al rey, quien mandó la orden de ayunar, de vestir ropa de duelo y de corregir sus malas acciones, dando él mismo el ejemplo.  “D”s observó su proceder que se habían apartado del mal y no destruyó a Ninevé”.
Se  había cumplido lo que Ioná había temido.  Ninevé se había salvado, mientras Ioná permanecía a un borde de la ciudad, en una cabaña que había construido, para contemplar los acontecimientos.  Ioná estaba tan enfurecido por el curso de los eventos que pidió morir.  Se sentía impenitente por estar cuestionando la postura de D”s respecto a Ninevé y esto le causaba una terrible angustia (Alshij).  D”s sólo le respondió:  “¿tanto disgusto te trae?”  e hizo crecer imprevistamente un árbol de kikaión (algunos identifican este árbol con un ricino) que poseía un follaje frondoso y protegió a Ioná del sol recalcitrante.  Ioná se alegró considerablemente con esta inesperada fortuna.   Sin embargo, al amanecer del día siguiente, D”s envió un gusano que atacó al Kikaión dejando a Ioná desguarnecido frente al viento cálido y el sol ardiente.  Ioná volvió a sentirse decepcionado y reiteró su súplica a D”s objetando que no quería vivir más.  A lo cual D”s le respondió:  Tu te lamentas por el Kikaión que no te esforzaste por él ni lo plantaste, que en una noche apareció y en una noche se perdió - ¿y yo no mostraré sensibilidad hacia Ninevé, una ciudad tan grande con tanta población (120.000 niños inocentes y aun más adultos)?
El libro de Ioná termina aquí.  No nos cuenta más.  Lo que pasó con Ioná personalmente no lo sabemos.  El Ialkut Shimoní (parte del Midrash) dice que Ioná cayó sobre su rostro en aquel momento y respondió:  “(D”s!) conduce a tu mundo con el atributo de la misericordia, tal como está escrito: ‘de D”s dependen la misericordia y el perdón’”.
Hasta aquí la historia  ¿Cuáles son las enseñanzas?

La Mishná en Ta’anit cuenta que cuando en Israel escaseaba la lluvia, se decretaban ayunos sucesivos para pedir clemencia de D”s.  En estas ocasiones, el anciano del pueblo hablaba a la población y le observaba que en Ninevé no dice:  “y D”s observó su ayuno”, sino: “y D”s observó “su proceder que se habían apartado del mal”.  El objetivo no es el ayuno (si bien, obviamente lo debemos cumplir), sino el cambio que debe generar  en nosotros.  Ayuno sin Teshuvá (arrepentimiento - remordimiento) es un acto estéril.

Asimismo, los Sabios califican la Teshuvá (contrición) como un “acto engañoso  (Talmud Ierushalmi Ta’anit 2:1).  ¿Qué significa esto?  ¿No dice, acaso, (Pirkéi dRabi Eliezer) que los habitantes de Ninevé estaban cercanos (fáciles de influenciar) a la Teshuvá?
Para responder a esta pregunta, debemos entender que la Teshuvá puede funcionar en varios niveles.  Lo más habitual es que una persona se asuste de las consecuencias directas de una acción (p.ej., fumar), y que esto le sirva como disuasivo para alejarse del hecho.  La Teshuvá de Ninevé perteneció a esa categoría.  Por lo tanto sus habitantes corrigieron sus acciones externas, devolvieron lo que habían robado, etc. (Meshej Jojmá, Pinjás).  Sin embargo, no se modificó su cosmovisión que trajo aparejado el pecado y que quedó latente en su ser íntimo para volver a incurrir en él.  Su proceder fue el resultado del miedo de la amenaza de destrucción (Bet Elokim).  Si bien para Ninevé, que no goza de la Mitzvá de Teshuvá constante como los judíos, esto puede ser suficiente, no es el caso respecto a Israel.  Por consiguiente, la consecuente demanda recriminatoria a Israel temida por Ioná, seguía en pie:  si Ninevé era capaz de una Teshuvá, si bien periférica, tanto más se esperaba de Israel que logre una Teshuvá total!  (Rabbi Noson Scherman en la introducción a Ioná – Artscroll)

Por último.  Veamos cómo continuó la historia.  Ninevé se salvó.  Asiria (cuya capital era Ninevé) pasó a convertirse luego en “la vara de D”s” mediante la cual castigaría al reino norte de Israel y a otras naciones e inquietaría a la ciudad de Ierushalaim (que a última hora se salvó).  Al final, Asiria cayó al igual que todos los imperios que fueron decadentes moralmente.  ¿Les sirvió la Teshuvá?  Sólo para salvarse en el momento.  Si la Teshuvá hubiese estado acompañada de un proyecto espiritual para el futuro, Asiria hubiese cumplido otro rol distinto, más sensible, al de ser los verdugos de la humanidad.  La Teshuvá momentánea repitió la actitud de Kaín, la de Ishmael, hijo de Abraham (cuando estaba muriéndose de sed en el desierto) y otros que se alejaron transitoriamente de sus pecados.  No tuvieron un efecto duradero.  Tal como sucedió con Ninevé, D”s responde a la Teshuvá de la gente y le brinda nuevas oportunidades dándole más vida.  Esto no garantiza que los beneficiarios de la bondad Di-vina utilizarán esta benevolencia correctamente....
Frente a esta historia, nos debemos preguntar:  ¿qué naturaleza tiene nuestra actitud en Iom Kipur?  ¿es superficial como la de Ninevé o es firme y durable?  ¿llega a la esencia de nuestro ser modificando nuestra visión y acción en su conjunto?  ¿tenemos proyectos valiosos para el futuro?
Gmar Jatimá Tová
 Daniel Oppenheimer

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