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19/11/11

IDOLATRÍA:¿Es bíblico el culto a la Virgen de la Chiquinquirá?

Nave lateral Basílica de la chinita


1.000 veces NO. Lo mismo se aplica a las otras múltiples advocaciones de la virgen María. Leamos del siguiente escrito:






                           El culto a la Virgen María 

La Iglesia católica Romana continúa enseñando: 

· Que la misma Virgen María nació por Concepción milagrosa y sin pecado original, al igual que el propio Hijo de Dios. 

· Que Dios la ha nombrado y hecho Reina de los Ángeles (Letanía de la Virgen) al igual que Cristo. 

· Últimamente el papa Pio XII decreto como dogma de fe, en el año 1950 la Asunción de la Virgen, o sea, la doctrina de que ella fue resucitada y ascendió al Cielo, igualándola así con las prerrogativas del santo y eterno Hijo de Dios. 

. Esta otro dogma que aún no es oficial, y es el de considerar a María como corredentora con Cristo, cuando la Biblia dice muy claramente que nuestra redención proviene sólo de Cristo. 

"Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los
edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo.
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro
nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos
ser salvos" Hechos 4:11,12 


HAY UN AFÁN CONSTANTE Y ABSURDO DE TRATAR DE EQUIPARAR A LA VIRGEN MARÍA A JESUCRISTO. 

· El libro de san Alfonso María de Ligorio titulado Las glorias de María obra sumamente popular entre los católicos romanos, declara que: 

– “Seremos a veces más presto oídos y salvos acudiendo a María e invocando su santo nombre que el de Jesús nuestro Salvador. Más pronto hallamos la salud acudiendo a la madre que al Hijo” (página 82). BLASFEMIA.

– “Muchas cosas se piden a Dios y no se alcanzan: se piden a María y se consiguen. No porque María sea más poderosa que Dios sino porque Jesucristo decretó honrar así a su madre”. BLASFEMIA.

Pero la última parte de la frase empeora el caso para los mismos católicos, pues ¿donde consta que Jesucristo decretó honrar así a su madre? Que nos presenten el famoso decreto y lo cumpliremos enseguida. Si no pueden presentarlo sométanse nuestros amigos católicos a la Palabra Divina recordando el texto de Proverbios:[color=darkblue] “Toda palabra de Dios es limpia. Es escudo a los que en Él esperan. No añadas a sus palabras porque no te reprendan y seas hallado mentiroso” (Proverbios, cap. 30:5-6) 


 “María se llama puerta del Cielo porque ninguno puede entrar en está dichosa mansión si no pasa por ella” (Página 99). BLASFEMIA 

– “Todos obedecen los preceptos de María, aun Dios [/color]-TAMAÑA BLASFEMIA” (Página 115). (He aquí el latín del original para que no digan que la sentencia esta mal traducida: “Imperio Virginis omnia famulantur, etiam Deus”) 

– Jesucristo NO dijo: “Nadie viene a mí si mi madre no le atrae primero por sus ruegos” (La ampliación de esta otra frase que nos ofrece el autor de Santa María, Madre de Dios no cambia tampoco su sentido ni la hace más justificable. Es copia de San Alfonso Ligorio: “Dice Jesucristo: "Nadie puede venir a mí si no lo trajera el Padre Celestial"; e igual dice de su madre, como se expresa Ricardo de san Lorenzo: “Nadie puede venir a mí si mi madre no lo trajere con sus ruegos “) Todas son mentiras que se creen ciegamente. 

En efecto las palabras atribuidas falsamente al Salvador quedan en pie, solamente que ha responsabilidad acerca de las mismas paso de san Alfonso Ligorio a Ricardo de San Lorenzo. Por lo tanto podemos continuar preguntándonos: ¿de dónde sacó Ricardo de San Lorenzo y la iglesia Romana que la consiente semejante afirmación? ¿De los Santos Evangelios? ¡No!, Al contrario: Jamás habló Cristo de su humana madre en tal sentido No se trata aquí de una hipérbole o exageración propia del siglo en que se escribió el libro ya que falta en los evangelios cualquier clase de base para tal exageración o mala interpretación. Nosotros reconocemos que existe alguna base hiperbólica en los evangelios para las interpretaciones y exageraciones que con el tiempo dieron lugar a los dogmas de la Eucaristía y la confesión auricular: pero no hay una sola frase en los evangelios que reforzándola o exagerándola pueda dar lugar a una creencia en la mediación de María. Por otra parte la excusa con que el autor de Santa María, Madre de Dios trata de justificar las frases de san Alfonso Ligorio no sirve en ese caso ni puede convencer a nadie Dice: “Todos sabemos cómo gustaban los predicadores de los siglos pasados de esas “acomodaciones” de textos de la Escritura. Pero este gusto del tiempo que nosotros podemos muy honradamente abandonar era perfectamente inocuo en ellos No pretendan que Jesucristo hubiese dicho en su vida mortal las cosas que ellos le atribuían, ni que tuvieran, por tanto la autoridad de Él, sino solo afirmaban que ellos “creían” que Jesucristo las “pudo decir”. ¿Será eso una “blasfemia” muy grande?” 

Pero el caso es que el pueblo católico, que por lo general lee poco los evangelios da como cierto todo lo que ve escrito en letras de molde en un libro con censura eclesiástica, sin preguntarse si es verdad o no: si es un hecho literal o una exageración del autor: por consiguiente el censor y el obispo que autorizan el libro se hacen tan responsables de la exageración o falsedad como el escritor de la Edad Media que la concibió. 

– Dice María “El que acude a mí y oye lo que le digo, no se perderá (página 140) Otra frase gratuita y atrevidísima que el referido autor pone falsamente en la boca de María, la cual no se halla en los santos evangelios. 

Aunque existe una saludable tendencia de reforma en la iglesia Católico Romana a este respecto, como hacíamos notar en el capitulo dedicado al culto de los santos en general, todavía hay muchos católicos que pretenden que la bienaventurada Virgen se complace en verse reverenciada y honrada por medio de Imágenes, en muchos casos más que el mismo Redentor, y que no desaprueba el que se dediquen inmensas fortunas para vestir y coronar a las tales figuras de su persona con un lujo que ella jamás ostentó, mientras millones de pobres carecen de lo más necesario y millones de paganos mueren en la ignorancia del amor de Dios por no haber suficientes misioneros que les prediquen las buenas nuevas. 

Pero el Santo Evangelio dice: 

Que la Virgen María, a pesar de su inigualable perfección moral, necesitó, como todos los mortales, un Salvador: “Engrandece mí alma al Señor —declara ella misma—; y mí espíritu se alegró en Dios mi Salvador“ (S. Lucas 1: 43 47). 

Que el Omnisciente Hijo de Dios no quiere ser advertido o rogado por su misma madre, según la carne, porque Él conoce mejor lo que conviene hacer (Véase el caso de Caná, en el Evang. de S. Juan 2:4) 

Que nadie debe tributar expresiones de extremada alabanza a la bendita Virgen, por el mero hecho de haber sido el instrumento escogido por Dios para la Encarnación del Verbo. 

Así lo declara en aquella ocasión cuando una mujer, entusiasmada por las palabras de inigualable sabiduría que salían de la boca de Cristo, exclamaba: “Bienaventurado el vientre que te trajo y los pechos de que mamaste.” Jesús en lugar de seguir las inclinaciones de esta primera “Devota de la Virgen”, llenando de elogios a su bendita madre, o profetizando sus glorias declara en tajante réplica: “Antes bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la guardan” (S. Lucas 11:27-2 

¡Qué chasqueada debería quedar la interpelante devota y la misma madre de Jesús, si tuvo ocasión de escuchar tal respuesta de labios de su divino Hijo, si no hubiera sido tan humilde de corazón como nos consta que fue! 

Otra expresión no menos extraordinaria, pero muy natural si se considera que el Omnisciente Hijo de Dios conocía el abuso idolátrico que se haría en siglos posteriores del recuerdo bendito de la Virgen María, es aquella declaración de Cristo cuando su madre y sus hermanos estaban buscándole. 

En lugar de introducir a su santa madre en la asamblea y aprovechar la ocasión para llenarla de merecidas alabanzas, que vendrían de perlas a los futuros veneradores de María, el divino Señor responde enfáticamente: “¿Quién es mi madre y mis hermanos? y mirando a los que estaban sentados alrededor de El, dijo: “he aquí mí madre y mis hermanos. Porque cualquiera que hiciere la voluntad de Dios, éste es mi hermano y mi hermana y mí madre” (S. Marcos 3:33-35) 

Los apóstoles declaran acerca de Cristo: “Y en ningún otro hay salud, porque no hay otro nombre debajo del cielo dado a los hombros, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Si los santos apóstoles hubiesen mirado a la madre del Señor como muchos católicos de hoy día, ¿no habían hecho una salvedad en favor del bendito nombre en quien, según dicen, se alcanzan todos los favores y, sobre todo, el de la salvación? 

Testimonio de los santos padres de la Iglesia Primitiva 

Ninguno de los siguientes y bien notables escritores de los tres primeros siglos, san Bernabé, san Hermas, san Clemente de Roma, san Policarpo, Tatiano, Atenágoras, Teófilo, san Hipólito, san Firmiliano, san Dionisio, Arnobio, etc. mencionan en todos sus escritos a la Virgen María ni una sola vez. 

Justino Mártir la menciona dos veces hablando del nacimiento de Cristo: pero tal como la haría un escritor evangélico de nuestros días: sin ninguna expresión especial de veneración o culto. Tertuliano la menciona cuatro veces en la misma forma. 

Orígenes, san Basilio y san Juan Crisóstomo hablan de sus defectos, Crisóstomo dice que “fue movida por ambición y arrogancia excesiva cuando envió un mensaje a Cristo para demostrar la influencia que tenía sobre Él” (Homilía de San Mateo 12:4 Sin duda es ésta una opinión exagerada que los evangélicos no compartimos; pero el haberla propuesto este gran padre de la Iglesia, demuestra que en su tiempo no existía el culto a la Virgen. 

¿Esto le agrada a Dios? 

 
"No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que
esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás" Exodo 20:3-5
 

Maracaibo, la ciudad más idólatra de Venezuela. Malo, malo.
 


"Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu
se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría" Hechos 17:6
 

DIOS TENGA PIEDAD DE TANTA IGNORANCIA VOLUNTARIA EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS.

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