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31/3/12

En busca de un avivamiento


Nicolás Herrera Ríos | México
Definición

Un avivamiento es el acto de reavivar, lo que significa que algo está muerto o a punto de morir y se le infunde vida de nuevo.  En la Iglesia se entiende por un avivamiento aquel período de tiempo en el que la Iglesia, después de perder su dinamismo inicial, empieza a experimentar la misma forma de vida que tuvo en sus inicios. 
1. Cuándo es necesario un avivamiento 
Como ya se dijo en la definición, un avivamiento es necesario cuando la iglesia ha empezado a perder su dinamismo inicial, y que esto afecta su misión.  Además de la pérdida del dinamismo, la Iglesia pierde la visión de su razón de ser y puede caer en varias trampas; por ejemplo: Vivir para si misma.  Tomar otra misión diferente a la que la originó; vivir para otro Señor, etc. 
Cuando la Iglesia empieza a vivir estos síntomas, es tiempo de un avivamiento.  De otro modo, se llegará a situaciones netamente desagradables que se expresarán en una rotunda mundanalización, y por lo tanto, la total ausencia del Espíritu Santo. 
2. Quién puede buscar un avivamiento 
Como regla general, las Iglesias llegan a un estado de satisfacción que no les permite sentir que están mal.  A todas les parece bien como están y se sienten confiadas y a gusto.  Las fallas y deficiencias las llegan a ver con naturalidad y con suficientes justificantes que pueden atribuir a «los tiempos malos», y sólo se resignan a esperar mejores tiempos. 
Cuando se llega a este estado de cosas, no falta quien empiece a sentirse incómodo y preocupado, al grado de desconfiar de las razones que se esgrimen para justificar la situación imperante.  Pronto descubre que la verdadera razón de todo es la falta de un verdadero interés en cambiar las cosas por parte de los líderes y pastores, porque eso rompería con la tranquilidad existente. 
Es en este momento cuando se empieza a producir una cierta crisis en quien anhela un avivamiento: O promueve un cambio y lleva a los demás a sentirse un tanto amenazados, o mejor opta por hacerse como los demás y olvidarse de un cambio. 
Los mas probable es que ocurra esto último, porque es lo más fácil, a menos que sea de los muy contados que su férrea voluntad lo lleve a seguir adelante; pero generalmente es en esta etapa donde el agente de cambio desiste, especialmente por la indiferencia que encuentra entre los demás, lo difícil que ve poder producir un cambio, e incluso, las fuertes críticas que se pueden desatar contra él. 
3. Qué reacciones puede provocar un avivamiento. 
Pero no siempre el agente con conciencia de cambio declina en su propósito.  Raras veces, por eso, precisamente, los avivamientos son raros, la persona inconforme empieza a trabajar con interés por una renovación.  Muchas veces inicia su trabajo sin que se le preste cuidado, pues los más viejos han visto a muchos hacer lo mismo antes, y desfallecer; por lo que esperan que todo regrese a la normalidad.  Ante esta situación, de pronto el agente de cambio encuentra a alguien más que simpatiza con sus ideas, y hace causa común con él en su aventura de fe.  Este empieza a sentir que no está sólo y continúa.  Aquí su actitud se hace más notable y empiezan a producirse las inquietudes entre los demás. 
El agente de cambio, como ya se dijo, siempre es un inconforme del status quo.  Se da cuenta de todo aquello que limita un avivamiento.  Generalmente, éste no desea un enfrentamiento con la organización, y mucho menos un rompimiento con ella; pero su conciencia de cambio y la resistencia a modificar las cosas que estorban a éste, hacen que se empiece a dar una pugna. 
El quiere cambiar y los otros no.  El desea hacer las cosas de otro modo para tener mejores resultados; pero los otros ven con desconfianza esos cambios.  Es cuestión de leer un poco de historia para darnos cuenta de lo común que es este tipo de problemas cuando se busca un cambio renovador. 
4. Qué riesgos entraña un avivamiento. 
El «estira y afloja» que se da entre el agente de cambio y la institución pronto empieza a tomar fuerza.  Si se le puede silenciar, se le silenciará.  Si se le tiene que expulsar, se podrá llegar hasta allá.  Todo porque casi siempre la instituciónse resiste tenazmente a la transformación. 
Si el agente de cambio es una persona intrascendente, no significará mayor problema para la institución el acabar con él; pero si ésta es una persona caracterizada, le producirá más problemas y el enfrentamiento será más espectacular y dañino para la obra de Dios. 
Después del enfrentamiento entre la institución y el agente de cambio se puede llegar a uno de varios finales: 
a. Puede finalmente someterse el agente de cambio por amor a la unidad de la institución, y resignarse a pasar el resto de su vida con una frustración. 
b. El camino más corto es el de la división, pero no es el más seguro, pues muchos se han dividido y no han prosperado porque no han sabido enfrentar a quienes aprovechando la revuelta se han unido a ella, pero por otros fines. 
c. También ocurre que los agentes de cambio sufran tal desprestigio y desilusión que mejor opten por terminar con su carrera cristiana.  y así se cierra un capítulo más de los avivamientos frustrados. 

5. Cuánto debe duran un avivamiento. 
Un avivamiento tiene que duran mientras se reactiva permanentemente la función completa de la Iglesia.  Cuando la Iglesia tenga una visión correcta de su misión.  Cuando sus características principales concuerden plenamente con el modelo bíblico de Iglesia.  Cuando Verdaderamente esté funcionando como sal y luz del mundo.  Cuando las señales del Reino de Dios sean visibles y cotidianas.  Cuando sea una Iglesia santa, apartada de todo mal, entonces ya no se necesita un avivamiento. 
Cualquiera, entonces, podrá decir: «Se necesita un avivamiento permanente, pues siempre se hace necesario estar impulsando cualquiera de los aspectos antes mencionados. 
Tenemos que comprender que la Iglesia, por ser un cuerpo, necesita estar en constante renovación, como el cuerpo humano.  Por ejemplo, sus células siempre están renovándose, y cuando pierde la capacidad de renovarse, se envejece.  Y un cuerpo envejecido, tiende a perder la capacidad para desempeñar sus funciones normales hasta que llega a la incapacidad total presagiando la muerte. 
Si una Iglesia no tiene la capacidad de renovarse, habrá de envejecer, y a menos que haya una profunda preocupación por eso, el proceso de envejecimiento irá avanzando hasta que llegue a la inamovilidad total. 
6. Cómo puede morir un avivamiento sin dar fruto. 
Como ya se ha dicho, un avivamiento lo tiene que iniciar un radical que no esté de acuerdo con el status quo.  Que sienta en su corazón una verdadera llama de fuego del Espíritu que loimpulse a buscar a Dios para ver cosas mejores.  Esto es así porque nadie puede promover un verdadero avivamiento por laguna razón extraña. 
Las razones, pues, por las que puede morir una avivamiento, son varias: 
a. A través de la historia de la Iglesia hubo quienes han tratado de promover una avivamiento para usarlo con fines propagandísticos y demagógicos, pero esto no ha funcionado.  Dios no respalda iniciativas de ese tipo, y en esos casos ha sido más el daño que le han hecho a la Iglesia que los beneficios. 
b. También se ha dado el caso de personas que con toda humildad y buenos deseos han trabajado por una renovación de la Iglesia, pero entre sus filas se han infiltrado personas con motivaciones de otro tipo, y a éstas no se les ha identificado a tiempo, sino hasta que han llevado a cabo sus verdaderos propósitos, que siempre, obviamente, han estado en contra de los intereses de la obra de Dios.  Estos han provocado que los avivamientos se frustren. 
c. Por otra parte, hay el riesgo de muerte de un avivamiento cuando se generan los radicalismos de que hablamos antes.  Por eso un avivamiento se debe conducir con todo cuidado y temor de Dios, buscando no sólo que haya señales y prodigios, sino que a la par de todo eso, haya amor de Dios, como se expresa en 2 de Corintios 13. 
d. Un avivamiento puede morir por cansancio, ya que es muy pesado tener que trabajar para avivarse personalmente, pero también porque lo hagan otros; en estos casos es más por desaliento. 
e. Una razón más, es porque el pecado mine las vidas de los promotores del avivamiento y los haga poner en evidencia y descrédito todo el proyecto y les dé armas a los enemigos del mismo para atacarlo directamente, esto también es muy común.  Por estas y otras razones, un avivamiento puede morir. 
7. Cómo promover un avivamiento minimizando los riesgos. 
Promover un avivamiento entraña muchos riesgos.  La razón principal es porque el enemigo de Dios siempre se ha opuesto a los planes del Señor. 
Desde el propio cielo ocurrió esto.  Pero es un debe moral y espiritual trabajar porque los planes de Dios no se detenga.  Por ese temor no podemos dejar de decir que se necesita la fuerza de Dios en su máxima expresión para realizar la obra que él nos ha encomendado, tenemos que decir que es necesario un avivamiento.  No obstante lo anterior, tenemos que buscar las formas más adecuadas para que el avivamiento se dé con los menos errores posibles.  Ya que no sólo es nuestra responsabilidad promover un avivamiento, también lo es buscarlo sin provocar problemas mayores. 
La mejor forma de tener un avivamiento sin mayores problemas es: 
a. Evitando partir de un radicalismo ciego que de alguna manera propicie el enfrentamiento. 
b. Buscar convencer a los principales líderes de nuestra Iglesia acerca de nuestra responsabilidad moral y espiritual de promover un avivamiento, utilizando para convencer razones válidas tanto bíblicas como teológicas y prácticas. 
c.  Una vez convencidos los líderes principales de la Iglesia, es necesario que se tomen medidas sabias que faciliten el camino a aquellos que no entienden esta necesidad y que pudieran oponerse al proyecto. 
d. Se debe tomar todo el tiempo que sea posible y actuar sin precipitaciones, pero con firmeza cuando se tenga que argumentar sobre este particular. 
e. La negativa a unirse a nosotros de alguna persona que no comparte nuestro criterio sobre esto, no debe ser motivo para apartarnos de ella y menos denigrarla o difamarla, siempre debemos estar regidos por la caridad. 
f. La última forma que queremos mencionar, es la de ser ejemplo en todo.  Si así lo hacemos, nuestras acciones serán las mejores promotoras de un verdadero avivamiento; pero nunca romper con nuestros hermanos porque el Espíritu Santo une, no divide, y los avivamientos deben cuidarse como si fueran niños chiquitos hasta que tomen fuerza propia. 
Además se debe reconocer que al principio de un avivamiento se generan errores, éstos se deben reconocer y corregir sin magnificarlos para no estropear el proyecto de avivamiento; pues nunca tendremos un avivamiento sin errores y sin problemas.

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