Posiblemente la religión no había jugado un papel tan importante en las elecciones presidenciales de Estados Unidos como este año. Tan es así que se podría decir, sin temor a equivocarnos que el tema de la religión podría definir la contienda electoral en estas próximas elecciones.
Las contracorrientes religiosas están actuando en la elección presidencial de Estados Unidos y podrían producir cambios sutiles pero significativos capaces de decidir el resultado en la contienda electoral entre el presidente Barack Obama y su adversario republicano Mitt Romney.
Por un lado, muchos cristianos evangélicos, uno de los grupos bloques electorales más poderosos en el Partido Republicano, están intranquilos por la fe mormona de Romney. Pero por otro lado pocos evangelistas votarán por Obama debido a su apoyo al derecho al aborto y a su reciente respaldo a los matrimonios entre personas del mismo sexo, algo que resulta anatema para los cristianos conservadores. Además, muchos cristianos fundamentalistas consideran la religión de Romney como una secta no cristiana.
Las posturas de Romney sobre ciertos asuntos sociales como el aborto han cambiado con los años, alimentando dudas entre algunos republicanos sobre sus convicciones conservadoras. El candidato republicano ahora dice que se opone al aborto.
En este momento, Obama y Romney se encuentran casi empatados en las encuestas y eso significa que la elección será decidida en los poquísimos estados que votan de un modo fiable por uno u otro partido. En esos estados, los votantes independientes decidirán qué hombre ocupará la Casa Blanca en enero de 2013.
La pregunta, entonces, es si los cristianos conservadores irán a las urnas.
Durante las elecciones primarias republicanas, muchos evangelistas votaron por los adversarios más conservadores de Romney, como Rick Santorum y Michelle Bachman.
“¿Qué sucede con la fuerza conservadora evangelista que apoyó a Santorum y Bachman? ¿Se quedarán en sus casas y no ejercerán su derecho al voto?
“Esta es una elección tan extraña en lo que respecta a religión”, comentó Knutson. “Tensiones entre varios sectores de las facciones religiosas hacen de éste un período realmente inusual”, señaló. Y se vuelve aún más inusual en un año electoral en el que la economía, y no los asuntos sociales que normalmente involucran la creencia religiosa, es el principal asunto entre los votantes.
La religión también influirá en la decisión que tomen los votantes de raza negra, los principales partidarios de Obama. Muchos líderes eclesiásticos de congregaciones negras se han opuesto a la reciente declaración del mandatario en favor del matrimonio gay.
Los hispanos, también en su mayoría simpatizantes de Obama, podrían dividirse en sus preferencias.
En su mayoría son católicos. Y algunos podrían verse indecisos entre ser leales a su fe, cuyos representantes se oponen a Obama en el tema de la anticoncepción, y apoyar al presidente, a quien prefieren por encima de Romney en asuntos relacionados con la inmigración, un tema de suma importancia para los votantes latinos
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